Se acercaba la fecha estimada de parto, el 24.07.2020, Alva aun no tenía su nombre, era bebita en mi panza.
Era un día hermoso, hacia calor, verano.
Esa tarde decidimos ir con Markus y Cami a la pile pública del barrio. Yo me sentía super bien, cada tanto alguna contracción, no muy larga, ni muy intensa, un pequeño aviso: mamá de a poco, vayamos preparándonos.
En la taquilla de la pileta, la encargada de vender los tickets me preguntó para cuando tenía fecha de parto. A lo que contesté mañana. Asombrada y medio indignada me dijo, no pensarás meterte al agua no? a lo que contesté que si, claro que me voy a meter, para eso vine. Me contaron que nadar ayuda a desencadenar el parto, asique por qué no?
A lo que contestó, espero que no tengamos que llamar a la ambulancia!
Día lindo, sol, calorcito. Allí estabamos, último paseo de a tres y una en la panza. Disfrutamos la tarde, el picnic, el sol. Jugué un montón con cami en el agua, disfruté de estar en el pasto, del sol. En alemania es un clásico en la pileta comer papas fritas, pero el kiosquito de las papas estaba cerrado, asique después de la pile, nos fuimos a comer las papas. Que rico, me acuerdo estar sentada, con Cami, con Markus, con mi panza de Alva gigante, disfrutando las papas fritas. Pasaron unos amigos, siempre los mismos chistes, todavía no salió, sigue ahi?.... En ese rato de las papas fritas empecé a tener contracciones un poco mas frecuentes; pero como todos dicen que cuando empiezan las contracciones de trabajo de parto „te das cuenta“, no les di mas atención. Además, si entraba en trabajo de parto en ese momento, Alva iba a nacer exactamente en la fecha estimada de parto. Entonces pensé, seguro que me estoy sugestionando...

Volvimos a casa, Cami no se durmió en el auto, así que lo acompañamos con Markus a dormir, se durmió en dos segundos, después de tanto juego, sol y agua. Yo me quedé un rato en la cama, tratando de descansar un poco. Pero las contracciones eran cada vez más seguidas, más intensas, empezaron a cambiar su forma, su duración. Todavía pensaba que quizás no se desencadenaba hoy el parto por mi experiencia anterior.

(Pequeño paréntesis, Camilo mi hijo mayor nació por cesárea; estuvo de cola todo el embarazo, intentamos todo para que se gire, yo quería intentar parto natural, buscamos una clínica antroposófica donde la tasa de cesareas es muy baja y donde hacen partos naturales de cola; pero lamentablemente mis caderas internas -me hicieron un estudio- no tenían el diámetro mínimo para que me lo permitan siendo primeriza; de todas formas me permitieron esperar a que se desencadene el trabajo de parto, y fuí con contracciones que para mi habían sido fuertísimas y muy intensas; me intrigaba cuán más intensas podían ser).

Después de un rato de estar en la cama, me fuí un rato al sillón. Hasta abrí el whattsapp en la compu y contesté algunos mensajes...
intenté volver a la cama, pero las contracciones eran cada vez mas largas, profundas, intensas.
Decidí ir a la bañadera... Markus se quedó en la cama, quedamos que le avisaba como venía la cosa, que necesitaba un rato para bajar y ver que pasaba en el agua, en silencio, tranquila.
Prendí la lámapara de sal del baño, todo inundado de color naranja. Abrí el agua llené la bañera y me metí. Fué un alivio hermoso, las contracciones venían y se iban y el agua me permitía recibirlas mejor. Empecé a respirar cada vez mas profundo, necesitaba emitir sonidos densos, graves. Mi cuerpa pedía movimiento, de estar acostada en la bañera pasaba a pararme apoyarme en la mampara con mis manos o colgarme un poco del radiador de la calefacción. Cada contracción la recibía feliz, cada vez con mas certeza de que Alvi estaba haciendose camino por mi cuerpo para atravesarme y llegar a este lado del mundo. La panza estaba durisima, crispa, venían las contracciones subía el mar, la ola, mareas, en espiral adentro del cuerpo.
A mi personalmente, me encantaron esas contracciones, cada una, respirarlas, los sonidos, sentirme a mi, a mi útero y a Alvi en pleno trabajo, INCREIBLE, poderoso....
A todo esto llamé a Markus, para que venga a hacerme companía un rato y para resolver llamados, los abuelos que venían del pueblo a una hora y la partera. Me acuerdo que les dijimos que no se apuren, que todavía estábamos tranqui...
Las contracciones eran muy seguidas y largas, más de un minuto, con pocas pausas, pero hermosas, vitales. Yo seguía respirando profundamente cada una, enmimismada, concentradísima en ese trabajo, en la apertura, dialogando con Alva desde adentro, con nuestras cuerpas. Me acuerdo los sonidos graves, que me salían de la profundidad. Que increíble, que estado extraordinario.
Pasaba de la bañadera al inodoro, a pararme, a colgarme un poco de los radiadores. De a poco se empezaron a volver mas incómodas las contracciones, no puedo explicar pero ya no podía quedarme y respirarlas, me empecé a poner inquieta, movediza, no sabía que hacer conmigo, recordaba cada vez lo que me había dicho mi partera... en un momento te vas a querer escapar, quedate, apoyá los pies en la tierrra, seguí respirando, y lo mismo me pasaba, queria salirme me ponía en puntas de pie, ya no sabía bien como respirar, que hacer, huir.
Y no llegaban los abuelos, ni Winona, la partera. En ese lapso de tiempo lo único que pensaba es , CUANTO FALTA?
Porque esto no puedo aguantarlo mucho más y recorría mi mente la información de que los partos pueden durar mucho y pensaba, no puede ser, no puede ser mucho mas, no lo soporto, quería escapar de la situación, me ponía en cuatro patas, me agachaba, me estiraba, pero las contracciones se estaban volviendo INSOPORTABLES.
En un momento me salió el tapón mucoso. Cada vez pasaban más cosas, más rápido. Markus estaba muy tranquilo y paciente, acompañándome con la respiración, con su tranquilidad, a nuestro servicio absoluto. Pero yo ya estaba muy ansiosa.
Por suerte, llegó Winona. Que felicidad me dió verla entrar. Tanta que rompí bolsa apenas la vi (yo no sé que conexión hubo en eso).
Me dió mucha tranquilidad verla, hablarle, su voz, su energia de mujer... Me pidió permiso para hacerme un tacto (cosa que me resultó espantosamente incómoda, porque tuve que acostarme en plano y agradezco que solo fué uno), estaba en 5cm de dilatación, me dijo, llegamos a la casa de partos*.
Los abuelos llegaron también pocos minutos después. Ya podíamos irnos. Yo con mis contracciones inquietas, me puse en cuatro patas en el asiento de atrás del auto que nos habían prestado, porque el nuestro se había roto hacía unos días; me acuerdo que tenía un vestidito corto muy grande, muy cómodo (el mismo que había tenido cuando fuí a parir a Cami); Winona iba en su auto y yo con Markus, colgada de donde podía, con esas contracciones insoportables (después supe que eran las contracciones de transición a las contracciones de parto), quería pujar, hacer caca, todo junto, pero estaba en el auto y no me animaba.
Asi que en cada contracción cantaba con Markus un mantra que me gusta mucho que dice: Om Asatoma Sat Gamaya, Tamasoma Jyothir Gamaya, Mirtyorma Amirtham Gamaya. Me acuerdo cómo me temblaba la voz, ya no llegaba a los tonos profundos, seguía en ese tránsito. En el viaje me salió bastante sangre (por suerte Winona había puesto unos cositos en el auto en dos segundos). 25 minutos de auto, cada pozo, cada marquita del suelo la sentia profundamente.

* Casa de Partos: las casas de partos en Alemania no son muy frecuentes (aunque hay algunas), suelen ser lugares pequeños, literalmente una casa o departamento. En la que parimos nosotros hay solo dos habitaciones, que poco difieren de una habitación de una casa. No hay médicos, ni terapias, ni nada similiar, lo único que tienen es un aparato para dar oxígeno y todo muy organizado por el improbable caso de necesitar con urgencia asistencia médica. Si hay mucha responsabilidad y compromiso por parte de todas las profesionales que allí trabajan, hay estadisticas maravillosas, con bajisimas tasas de complicaciones, intervenciones, entre otros.

Llegamos, bajé en patas, quedó la puerta abierta del auto, que después cerró Janina, la segunda partera cuando llegó.
Entramos, lo pirmero , la escalera, me acuerdo mirarla y recordar los relatos de mis amigas que habían parido también ahí, como la voy a subir? No llego, pasó una contracción y lo mas rapido que pudimos subimos. Llegamos, entre que me saque el vestido, necesitaba estar desnuda, markus conmigo, me acariciaba , me acompañaba.
Winona me sugirió intentar acostarme un poquito antes de pujar, pero yo quería pujar, pujar pujar. Intenté una o dos contracciones lo que me sugirió . Pero rapidamente desistí y empecé a pujar, a lo cual ella me apoyó y dijo que si sentía que tenía que pujar,que puje.
Me arrodillé en el piso, frente a la cama, donde estaba sentado Markus, lo abracé, ya estaba pujando, que placer, que alegría me daba pujar, cada pujo una fiesta, una fuerza, todo junto, tan intenso, tenía tanta sed, tanta sed.
Me acuerdo los dos vasos de agua que tomé, podría haber tomado litros y litros. Pero estaba ocupada, tenía que pujar.
Apoyaba para cada pujo las manos cerca de las rodillas, me ponia toda redonda, como mirándome el ombligo, y pujaaaba, después me colgaba de Markus a descansar, y venía la otra, y la siguiente, qué entusiasmo, Alvi estaba por llegar, ahora si.
Sentía su cabeza entrar y salir de mis caderas con cada contracción, cada vez mas profunda. Winona se agachaba y se tiraba al piso para ver como venía todo (Siempre atendiendo a mi necesidad, nunca me hizo hacer nada para ver algo, moverme, pararme correrme, ella al servicio del parto, mío, de Alvi) hasta que en un momento pujé y sentí un fuego, volví hacia adelante a descansar sobre markus, pero la cabeza de alvi no volvió para atrás como antes. Quedó mas abajo, toqué con mi mano mi vagina, abierta, enorme, sentí la cabeza de alvi, que increible.
Tome aire, y ahora sí, puje con toda mi energia, mi amor mi deseo, y en ese pujo, Alvi abandonó mi cuerpo y llegó a este lado del mundo.
Winona simplemente acompañó con su mano desde atrás de mi cola su cuerpito hasta que tocó el piso frente a mi.
Así nos vimos por primera vez. La alcé , todavía me quedaba un poco de fuerza, que hermosa, lloró un poquito, pero estaba super tranqui, las chicas y Markus me ayudaron a recostarme en la cama , Alvi a upa, markus con nostras, nidito.
Winona y Janina se fueron de la habitación y nos dejaron un rato a los tres solos.
Qué momento, qué magia, ahi estábamos los tres, esa noche de verano hermosa, clara.... Alva nació a las 03:52 am.

Después de masomenos media hora volvieron las chicas para ver como iba todo. Me sugirieron probar parir la placenta, me puse en cuclillas y de un pujo salió, perfecta, entera, sin ningún problema.. Markus cortó el cordón. Había un montón de sangre, que ellas todo el tiempo se ocupaban sutil y silenciosamente de sacar, limpiar,ordenar. Pregunté si era normal , claro que era normal... miramos un rato la placenta, tenía una forma increible, no podía creer que fabriqué en mi cuerpo un órgano con el que fabrique a alva, que increible... que poder....


Después volvi a acostarme, me dieron unos temblores hormonales que también me dijeron son normales y esperables, mi cuerpa estaba intentando acomodarse (un poco ). Alvi a diferencia de cami, (que habia nacido practicamente succionando y a pesar de la cesarea en un segundo estaba tomando la teta, mientras me cocían), necesitó un rato para encontrar la teta y empezar a tomar, estaba tan tranquila, tan relajada, dormía profundamente. Cuando pasó otro rato las chicas nos trajeron algo para desayunar y resolvimos algunas cuestiones burocraticas breves (todo sin movernos ninguno de los tres de la cama).
Le hicieron el primer control oficial a alva (todo sin moverla de mi cuerpo, por medio de la observación). Y también a mi. Me había desgarrado un poquitito, así que me dieron algunos puntos (alvi todo el tiempo encima mío y de markus).
Después de eso ya estábamos listos para irnos a casa. Winona me ayudó a vestirla a alvi y la pesó antes de ponerle la ropa. Después de unos abrazos y agradecimientos , nos fuimos los tres a casa.
Sí, a las siete y media de la mañana estábamos en casa, cami seguía durmiendo, los abuelos nos estaban esperando ansiosos por conocer a alvi. Desayunamos todos juntos y fuimos a despertar a cami, que amaneció con la sorpresa de que su hermana ya estaba acá. Mágico, se fue a dormir abrazado a mi panza y se levanto y conoció a alvi.
Haciendo un balance diría que, estamos , estoy, felices por nuestra decisión de parir fuera de una clínica; agradecidos profundamente con Winona y Janina por su increible labor de acompañar, escuchar y respetar todo lo que necesitamos, por darnos el sostén y la seguridad de que este camino es el correcto, (y a muchas otras personas gestantes), por la dedicación y entrega que implica su profesión. Orgullosa por haber parido a mi hija como y donde quería, llena de poder y energía, fuerza, rodeada de personas hermosas, y amorosas. Transformada profundamente como mujer, en mi interior, mi percepción física, emocional, sexual. Intensamente agradecida y feliz.
Ojalá muchas otras personas gestantes tengan la posibilidad de elegir parir como desean, que sean respetadas en sus desiciones, y que cada vez mas partos salgan de las clínicas, la hipermedicalización y sean vistos como lo que son, un hecho fisiológico, orgánico, hermoso, maravilloso, trascendental. Y que las intervenciones sean hechas solo cuando realmente son necesarias y no indiscriminadamente, apresudaradamente como sucede muy a menudo. Que nos acompañen en la aventura de parir personas empáticas, amorosas, pacientes. Que las personas gestantes confiemos cada vez mas en nuestra capacidad de crear vida, y en que somos capaces de parir en libertad, felices, sintiendo (Que claro que la tenemos, solo que el mundo se encarga de hacernos creer que no, que estamos enfermas). Y que sepamos que con estas desiciones estamos cambiando el mundo.
Para cerrar dejo esta frase hermosa, de michel odent


Texto narrado y compartido por Paula De Abrantes
Back to Top